
La Comisión Europea propone cambios al Reglamento UE261 que debilitarían los derechos de los pasajeros y favorecerían a las aerolíneas. Descubre qué está en juego.
Se presenta como una actualización necesaria desde hace mucho tiempo. Como una aclaración. Como una forma de garantizar la coherencia en la aplicación de los derechos de los pasajeros en toda Europa. Pero la propuesta de la Comisión Europea para modificar el Reglamento (CE) Nº 261/2004 no es una victoria para los pasajeros. Es un movimiento calculado a favor de las aerolíneas, envuelto en un lenguaje técnico que oculta lo que realmente está en juego.
En Langround hemos analizado la propuesta en detalle. Estamos del lado de quienes realmente se ven afectados por estos cambios: los viajeros que enfrentan cancelaciones, retrasos y problemas de reubicación. Creemos que estos cambios no solo debilitan las protecciones existentes, sino que además reducen la responsabilidad de las aerolíneas justo cuando los pasajeros más necesitan apoyo.
Según las normas actuales de la UE, los pasajeros tienen derecho a una compensación si llegan a su destino final con un retraso de tres horas o más. Esta norma fue el resultado de años de litigios.
La nueva propuesta eleva este umbral a cinco horas para todos los vuelos dentro de la UE. Para vuelos más largos fuera de la UE, el requisito será aún mayor: nueve horas para vuelos de media distancia y doce horas para vuelos de larga distancia.
Aunque el texto dice que esta modificación busca alinear los derechos de compensación y reubicación, el efecto real es claro: menos pasajeros podrán reclamar. Las aerolíneas tendrán más margen para evitar pagar. Y quienes sufran interrupciones serias recibirán el mensaje de que “no es lo suficientemente grave”.
Ya hemos explicado por qué las cantidades de compensación no se habían actualizado durante años. En su momento, nos parecía razonable mantenerlas fijas mientras el sistema en su conjunto funcionara.
Pero ahora, con los nuevos umbrales propuestos, mantener esas cantidades empieza a parecer una degradación encubierta.
Curiosamente, la Comisión sí actualiza los límites de compensación por pérdida de equipaje bajo el Convenio de Montreal, reconociendo el impacto de la inflación. Pero para retrasos y cancelaciones que afectan planes reales, días perdidos de vacaciones o reuniones importantes, no hay cambios. Eso envía un mensaje claro sobre qué derechos importan y cuáles no.
Actualmente, las aerolíneas no tienen que compensar si la cancelación o el retraso se debe a circunstancias extraordinarias fuera de su control, como disturbios políticos o desastres naturales.
Con los años, los tribunales aclararon que los fallos técnicos habituales no entraban en esta categoría. Son parte de la operación diaria y, por tanto, responsabilidad de la aerolínea.
Ahora, la Comisión propone ampliar y codificar la lista de lo que se considera “circunstancias extraordinarias”, incluyendo muchos problemas técnicos. No se trata solo de aclarar, sino de abrir de nuevo una vía de escape.
Y ocurre en un momento en que los pasajeros están más informados y los reclamos van en aumento. No es casualidad.
El proyecto define mejor las obligaciones de reubicación. Sin embargo, la carga sigue recayendo en los pasajeros.
La aerolínea solo deberá ofrecerte alternativas con otras compañías o modos de transporte si no puede reubicarse en sus propios vuelos en 12 horas.
Doce horas atrapado en un aeropuerto desconocido es mucho tiempo, especialmente si viajas con niños o personas mayores. El pasajero sigue sin estar en el centro. La aerolínea decide.
Actualmente, las aerolíneas deben cubrir hotel y comidas mientras el pasajero esté varado, sin límite de noches.
La nueva propuesta introduce un máximo: tres noches, con un límite de 100 euros por noche, salvo excepciones como personas con movilidad reducida o menores de edad.
En la práctica, esto expone a los pasajeros a mayores riesgos. Durante huelgas o tormentas, los retrasos pueden extenderse mucho más de tres noches. Y encontrar alojamiento cerca de aeropuertos como Heathrow, Schiphol o Frankfurt por 100 euros resulta casi imposible.
Pasadas esas tres noches, el pasajero queda desprotegido.
La propuesta corrige parcialmente una de las prácticas más abusivas: cancelar tu vuelo de regreso si no tomaste el vuelo de ida.
Ahora, las aerolíneas no podrán negarte el embarque en el regreso simplemente por no haber volado en la ida. Sin embargo, aún podrán cobrarte recargos o imponer restricciones.
Los pasajeros seguirán sujetos a reglas diseñadas para maximizar las ganancias de las aerolíneas, no para proteger sus derechos.
Por primera vez, se abordan los retrasos en pista en el reglamento. Las aerolíneas deberán proporcionar acceso a servicios básicos como agua y baños tras una hora, y permitir el desembarque tras cinco horas, salvo riesgos de seguridad.
Un avance sobre el papel, pero insuficiente en la práctica. Conceptos vagos como “por motivos de seguridad” dejan demasiada discreción a las aerolíneas.
La Comisión presenta este proyecto como un equilibrio entre los derechos de los pasajeros y la sostenibilidad de las aerolíneas. Pero este “equilibrio” no es entre iguales.
Los pasajeros son individuos. Las aerolíneas, grandes corporaciones. El reglamento actual no era perfecto, pero enviaba un mensaje claro: si tu viaje se interrumpe gravemente, mereces compensación.
La nueva propuesta añade condiciones, sube los umbrales y facilita que las aerolíneas eviten pagar.
Langround trabaja cada día reclamando compensaciones bajo el Reglamento UE261. Vemos cómo las aerolíneas demoran, ocultan información o presionan para que los pasajeros abandonen sus reclamos.
Por eso esta reforma es tan preocupante. No solo por los cambios concretos, sino por el mensaje de fondo: la comodidad de las aerolíneas pesa más que los derechos de las personas.
Mientras esta propuesta no sea adoptada, las normas actuales siguen aplicándose. Si tu vuelo fue cancelado, retrasado más de tres horas, o sufriste denegación de embarque, aún puedes reclamar tu compensación.
Langround está aquí para ayudarte. Rápido, claro y sin complicaciones.
Porque los derechos solo existen si puedes ejercerlos. Si no actuamos ahora, los volverán inaccesibles.
Nota: Este proyecto aún no es ley. Está previsto que se debata y vote este año. Sin embargo, el texto actual deja claro hacia dónde apunta. Aunque podría haber cambios, el riesgo de que se apruebe es real.

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